Como ya adelanté
en su día, el pasado 22 de marzo con motivo de la publicación por Ediciones
Vitruvio de la última edición de La
realidad y el deseo de Luis Cernuda se congregó en el Café Comercial una
multitud poetas y admiradores para recordarle.
Ana Ares, una de las primeras participantes
Se trata de la
obra en la que el artista, ligado tradicionalmente a la Generación del 27, fue
agrupando su corpus poético. Ya, cuando se publicó por primera vez en 1936,
Federico García Lorca dijo en el homenaje que se hizo para tal ocasión que «La realidad y el deseo me ha vencido con su
perfección sin mácula, con su amorosa agonía encadenada, con su ira y sus
piedras de sombra.» En ella encontramos poemas de soledad, de nostalgia por
los momentos de la niñez, de belleza idealizada, de amor entendido como algo
grandioso, de amor visto como un sentimiento martirizante, de anhelo de
juventud eterna, de naturaleza paradisiaca.
Pablo Méndez reconoció que llevaba años soñando esta edición
El gran novelista y poeta Ramón Hernández, siempre genial
Pablo Méndez
reconoció que este es uno de los libros que siempre había querido editar: “Siempre lo he tenido entre ceja y ceja, y ha
costado tres o cuatro años de trabajar de rato libre en rato libre. Ha sido
difícil, pero estoy muy contento con el resultado, porque es la edición más cómoda
y cuidada que hay ahora mismo en el mercado.” Además, una particularidad de
esta edición es que al final salen todos los poetas de la editorial, “salvo las nuevas adquisiciones, que no les
ha dado tiempo a salir”, añadió. Sobre esto, Eduardo Merino exclamó en
cuanto tuvo oportunidad: “¡Qué suerte
tenemos que gracias a Pablo podemos aparecer en un catálogo junto a este
fenómeno!”
David Morello lee un poema de Cernuda
Seguidamente,
cada poeta de los allí reunidos tuvo la oportunidad de dedicar unas palabras a
la memoria de Luis Cernuda y de recitar uno de sus poemas. Paco Moral lo
describió como “uno de los grandes libros
de uno los mejores autores de siempre de lengua castellana, pero con un
defecto: coincidir con la gran generación del 27 con Lorca y Alberti, y tres
pecados: ser antifascista, homosexual y poeta”. Javier García Magano, por
su parte, declaró que admiraba su coraje vital. César Cortijo, en cambio,
admitió que “no ha sido uno de mis poetas
favoritos hasta hace poco, cinco o seis años” y subrayó que de las tres
vertientes de la poesía cernudiana, a saber, romántica, melancólica y política,
esta última era la que más le interesaba. A parte de los escritores
mencionados, también intervinieron Alberto Infante, Fernando López Guisado, Ana
Ares, Hilario Martínez Nebreda, Ángel Rodríguez Abad, Ramón Hernández, María
José Pérez Grange, Raúl Nieto de la Torre, Antolín Amador, Lola de la Serna,
Jesús Ayet, Alfredo Gómez Gil, José Luis Torrego, David Morello, Javier
Cristóbal, Miguel Velayos, Aurora Auñón, María de la O Guillén, Miguel Cuerdo
Mir, Pablo Jiménez, Antonio Daganzo, Alfonso Berrocal, y Mercedes Rodríguez de la Torre.
Los libros
vendidos ese día corrieron la fortuna de llevar estampada la firma de su autor
Luis Cernuda, gracias a un sello de caucho fabricado a tal efecto, que tras
finalizar el acto fue destruido.
Me despido
invitándoos a redescubrir a este genio de nuestra literatura, compartiendo con
vosotros el poema IV del capítulo “Donde
habite el olvido”.
Yo fui.
Columna ardiente, luna de primavera,
mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
He sido.
Hasta pronto.
Helena Suárez
Hola, Helena,
ResponderEliminarBonito recuerdo dejas del celérico homenaje a Cernuda, en el que gusto participar.
Quiero aclarar aquí, con más eextensión que aquella noche, que la parte política que me interesa de Cernuda es la línea antiespañolista que inaugura en sus últimos libros. Es además uno de los pilares de mi libro de poemas civiles, de próxima aparición en Vitruvio, "Poemas Españoles". Como sabes, el rechazo que provoca España en Cernuda, es un cansancio definitivo. No es regeneracionista como para los escritores del 98. Simplemente no puede más y reniega del país para siempre pues lo juzga sin arreglo, y yo idem. Por cierto, el poema inicial de mi libro se titula "Senara", que te sonará. Fue publicado tb en el número xi de El Extramundi.
Gracias por destacar mi torpe intervención, y felicidades por la claridad de tus posts.
Gracias por tu puntualización, César. El día del acto tu comentario me pareció interesante, aunque no entendí muy bien por qué era esa la parte de la obra cernudiana que más te gustaba, ahora lo veo claramente. Comprendo el desencanto con España (el tuyo y el de Cernuda), pero no creo que haya que renegar de ella porque, en mi opinión, España no es su política, sino más bien a pesar de ella. Prueba de ello es la magnífica poesía que tenemos en este país. Por desgracia, Cernuda no vivió para ver el fin de la dictadura, pero estoy segura de que nosotros conoceremos tiempos mejores.
ResponderEliminarEsperaré con interés la publicación de tu libro. Seguro que me sorprende.
Si yo soy español, lo soy a la manera de aquellos que no pueden ser otra cosa.
ResponderEliminarAsí dice Cernuda en Díptico Español.
Es la tierra imposible, que a su imagen te hizo para de sí arrojarte. Así dice en Ser de Sansueña.
Creo que renegar es poco, abomina completamente de España, de lo español, sabiendo su condena porque está unido a su lengua.