miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Mira… qué tarde de poesía!


 

El pasado viernes, 14 de diciembre Ediciones Vitruvio puso broche final al año con la presentación del poemario Mira de Eduardo Merino Merchán, publicado en la prestigiosa colección Plaza Mayor. El acto tuvo como sede el Café Comercial, donde acudió un gran número de amigos, familiares y poetas, que agasajaron al autor con su presencia en un ambiente poco menos que festivo.

 
José Luis Fernández Hernán, respetable crítico, nos introdujo en la obra de Eduardo, mediante un profundo análisis de los temas e inquietudes allí manifestados. La calificó de machadiana, por su estilo sencillo y sin florituras, y resaltó al que consideró como telón de fondo, es decir, al amor conyugal. A su juicio, en Mira está muy presente la calma y la hondura que caracteriza a este tipo de afecto. Ciertamente, frente al amor meramente erótico, en el que los amantes miran dentro de los ojos de su pareja tan solo para poseerla -dada la condición finita y aprehensible de los ojos del cuerpo-, en el amor matrimonial miran los ojos del alma, que son infinitos. Esta clase de intimidad se entrega al tiempo, donde resiste y al mismo tiempo acaba. En Mirabrilla la compañía, el silencio de manos juntas aunque no lo estén”. Se refleja esa idea hermosamente expresada por Antoine de Saint-Exupéry: "Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección". En efecto, no se trata de posesión o de ambición, sino de compartir. Sin embargo, ante ellos aparece “el mal”, una amenaza metafísica alguna vez concretada, la mayoría, vaga; el “templo o palacio”, refugio donde el tú y el yo se reúnen, y las palabras, la expresión, que constituyen el armamento que exorciza contra él.

A continuación, el autor, actual librero de la complutense, nos ofreció su propia visión acerca de su libro. Recordando sus años como estudiante y al profesor, Fernando Lázaro Carreter, reconoció que, discrepando de su doctrina según la cual la manera de acercase a la obra es tomar en consideración meramente el texto “per se”, sin referencia alguna a su autor, Mira sí era “un libro con autor”, afirmando lo imposible de desligar al primero del segundo. La definió como “la historia de un intento de salvación de un mal, una conjura”: “Se intenta vivir tranquilo, en el palacio de la luz, y con esa misma persistencia nos alzamos”. Se trata pues de una trayectoria por la vida procurando evitar la tempestad amenazadora, pero plantándole cara cuando es necesario.

Compartió con los asistentes el hecho de que la segunda parte del libro está dedicada a un amigo, fallecido a raíz de un duro cáncer: “Nos ayudó a luchar contra nuestro mal y terminó sucumbiendo por su propio mal”. En él está inspirado el poema Un pino no alumbra una vida

“…Un pino no sustituye una vida
ni alumbra el sinsabor de la penumbra.
Pero queda. Como queda marzo
trasplantando el dolor de esta derrota
que este otro mal trocea en la ceniza
primitiva y tenaz que en nuestras ramas
quema.”
 

Tras finalizar el evento, el homenajeado se fotografió con compañeros poetas que allí concurrieron para manifestar su aprecio y felicitarle por esa nueva publicación. Algunos de ellos fueron Paco Caro, muy feliz siempre, Rafael Soler, ya de vuelta de su viaje por las américas, David Morello, Ana Ares y Paco Moral, Antonio Daganzo, Raúl Nieto de La Torre y su guapísima Melisa, Eduardo Martínez y su mujer Magrette, recién llegados de la costa, y Miguel Cuerdo Mir.

Por último, llegó el turno de la firma de ejemplares, momento de intercambio entre escritor y lector continuamente interrumpido por flashes irreprimibles.

Y así acabó la última publicación de Ediciones Vitruvio en el 2012, y acaba también mi última entrada hasta el 2013. Hasta entonces os dejo con el poema más conmovedor, a mi juicio, de Mira titulado Adamar (cfr. San Juan de la Cruz, estr. 23, Cánt. Esp):

 
Te leo la palabra más hermosa:

la que me haba de doblemente amar,

la de verdad más clara del idioma

la de más amplia y profunda semilla

de mi lengua.

La palabra más hermosa y en calma

del idioma.

La que te habla de doblemente amar

pero quizás de amar de dos maneras:

la que mira mi voz cuando te nombra

la que escucha tu amor cuando me miras.

 

            A todos…¡felices fiestas!

 

Helena Suárez

martes, 11 de diciembre de 2012

Origen de Mariano Castaño


En el Café Comercial el viernes pasado, día 30 de noviembre, se llevó a cabo la presentación de la primera obra de Mariano Castaño, titulada Origen y publicada por Ediciones Vitruvio, en un encuentro con amigos, familiares y poetas.
 
 
Pablo Méndez destacó la inquietud de la editoral no solo por publicar autores de renombre como el recién galardonado con el Premio Cervantes  José Manuel Caballero Bonald, sino también por dar a conocer poetas noveles, pero de gran talento, como es el caso de Mariano.
 
 

A continuación, Fernando López Guisado, que presentó La Letra Perdida la semana anterior, resaltó las cualidades por las que consideraba Origen un gran libro: por su temática trascendente, su expresividad, su coherencia al cantar su condición humana, su ritmo y su valentía al dejar en él parte de su alma. El propio Mariano me admitió que la poesía para él era “alma escrita” y que el carácter intimista de su poemario era innegable: “Lo que digo es porque lo pienso, y lo que no pienso no lo digo”.
 
 

Luego compartió con los asistentes algunos de sus poemas…
Sueño la vida
con sus amaneceres rojos
con miles de estrellas
esparcidas en el firmamento.
…”
 Y tras finalizar el acto me comentó su alegría porque Ediciones Vitruvio decidiera darlos a la luz, porque “todos los poetas pensamos en la publicación”, y firmó en el Libro de Honor del Café Comercial.
 
 

Seguro que antes de lo que imagina está presentándonos un nuevo libro y deleitándonos otra vez con su poesía.
 

Helena Suárez

martes, 27 de noviembre de 2012

La letra perdida de Fernando López Guisado



 

    El pasado viernes día 27 de noviembre, algo más tarde de las 19:30 horas,  en el Rincón de don Antonio del Café Comercial, como ya viene siendo habitual, tuvo lugar la presentación del último libro publicado por Ediciones Vitruvio en la colección Baños del Carmen, a saber, La Letra Perdida de Fernando López Guisado. Ni los pronósticos más optimistas podrían haber presagiado un aforo tan desbordado: los más madrugadores pudieron sentarse, pero los que llegaron más tarde tuvieron que contentarse con verlo o incluso oírlo desde un rincón sin visibilidad, de tal modo que parecía que, por el calor en la sala, el verano había vuelto a Madrid, como simpáticamente comentó Pablo Méndez. Posteriormente, Antonio Daganzo, poeta siempre activo, hizo un repaso por la trayectoria del artista, que volvía a publicar después de un largo silencio. Y, entonces, ocurrió por fin, lo que el público congregado allí había estado esperando: oír de labios de Fernando las primicias de su nueva obra…
    En ella se encuentran varias referencias, por ejemplo, a Houdini, que justificó afirmando cierta semejanza entre la poesía y la magia.
 
 
    Sin embargo, definió La Letra Perdida como un viaje singular que empieza de una forma y termina de la misma, es decir, el amor, la fuerza que mantiene el mundo girando. Pero, si bien es cierto que, según él, tiene un aliento romántico, también es el transcurso del alma en un viaje por el infierno, que ha sufrido muchas pérdidas, pero ante la que, de otro lado, aparecen rostros nuevos, amistades futuras. Y donde tiene cabida todo aquello que quedó pendiente: esos sentimientos positivos o negativos que uno tiene hacia determinadas personas, pero que no termina de comunicarles, y que se van transformando en un fantasma que atormenta. Asimismo, este poemario recoge su reflexión sobre el propio miedo, y sobre el tiempo “la sensación de una vida finita que se va, te persigue, en cada momento”. De hecho admitió que no pensaba que “estos poemas tan duros pudieran llegar a gustar”. Pero ¡vaya si gustaron! La firma de libros se prolongó tanto que tuvo que continuar entre las mesas y los chocolates con churros del Café Comercial, en la planta baja.
    
 
 
 
 
     Entre los asistentes al acto estuvieron muchos poetas de reconocido prestigio. Por ejemplo, Manuel Lacarta, todavía celebrando su recientemente otorgado Premio de la Crítica de Madrid; Eduardo Merino, del que acaba de salir publicado su libro Mira; Alberto Infante, que presentará esta semana su ya famosa antología en 12+1 en el Ateneo de Madrid; David Morello, siempre bien acompañado; los incombustibles Ana Ares y Paco Moral, que también publicarán próximamente; Álvaro Fierro, que igualmente tendrá libro nuevo a principios del año próximo, y otros tantos autores importantes que se me han escapado pero que, sin duda, irán saliendo en estas páginas.
 



 Helena Suárez