martes, 27 de noviembre de 2012

La letra perdida de Fernando López Guisado



 

    El pasado viernes día 27 de noviembre, algo más tarde de las 19:30 horas,  en el Rincón de don Antonio del Café Comercial, como ya viene siendo habitual, tuvo lugar la presentación del último libro publicado por Ediciones Vitruvio en la colección Baños del Carmen, a saber, La Letra Perdida de Fernando López Guisado. Ni los pronósticos más optimistas podrían haber presagiado un aforo tan desbordado: los más madrugadores pudieron sentarse, pero los que llegaron más tarde tuvieron que contentarse con verlo o incluso oírlo desde un rincón sin visibilidad, de tal modo que parecía que, por el calor en la sala, el verano había vuelto a Madrid, como simpáticamente comentó Pablo Méndez. Posteriormente, Antonio Daganzo, poeta siempre activo, hizo un repaso por la trayectoria del artista, que volvía a publicar después de un largo silencio. Y, entonces, ocurrió por fin, lo que el público congregado allí había estado esperando: oír de labios de Fernando las primicias de su nueva obra…
    En ella se encuentran varias referencias, por ejemplo, a Houdini, que justificó afirmando cierta semejanza entre la poesía y la magia.
 
 
    Sin embargo, definió La Letra Perdida como un viaje singular que empieza de una forma y termina de la misma, es decir, el amor, la fuerza que mantiene el mundo girando. Pero, si bien es cierto que, según él, tiene un aliento romántico, también es el transcurso del alma en un viaje por el infierno, que ha sufrido muchas pérdidas, pero ante la que, de otro lado, aparecen rostros nuevos, amistades futuras. Y donde tiene cabida todo aquello que quedó pendiente: esos sentimientos positivos o negativos que uno tiene hacia determinadas personas, pero que no termina de comunicarles, y que se van transformando en un fantasma que atormenta. Asimismo, este poemario recoge su reflexión sobre el propio miedo, y sobre el tiempo “la sensación de una vida finita que se va, te persigue, en cada momento”. De hecho admitió que no pensaba que “estos poemas tan duros pudieran llegar a gustar”. Pero ¡vaya si gustaron! La firma de libros se prolongó tanto que tuvo que continuar entre las mesas y los chocolates con churros del Café Comercial, en la planta baja.
    
 
 
 
 
     Entre los asistentes al acto estuvieron muchos poetas de reconocido prestigio. Por ejemplo, Manuel Lacarta, todavía celebrando su recientemente otorgado Premio de la Crítica de Madrid; Eduardo Merino, del que acaba de salir publicado su libro Mira; Alberto Infante, que presentará esta semana su ya famosa antología en 12+1 en el Ateneo de Madrid; David Morello, siempre bien acompañado; los incombustibles Ana Ares y Paco Moral, que también publicarán próximamente; Álvaro Fierro, que igualmente tendrá libro nuevo a principios del año próximo, y otros tantos autores importantes que se me han escapado pero que, sin duda, irán saliendo en estas páginas.
 



 Helena Suárez