El pasado
viernes día 27 de noviembre, algo más tarde de las 19:30 horas, en el Rincón de don Antonio del Café
Comercial, como ya viene siendo habitual, tuvo lugar la presentación del último
libro publicado por Ediciones Vitruvio en la colección Baños del Carmen, a
saber, La Letra Perdida de Fernando
López Guisado. Ni los pronósticos más optimistas podrían haber presagiado un
aforo tan desbordado: los más madrugadores pudieron sentarse, pero los que
llegaron más tarde tuvieron que contentarse con verlo o incluso oírlo desde un
rincón sin visibilidad, de tal modo que parecía que, por el calor en la sala,
el verano había vuelto a Madrid, como simpáticamente comentó Pablo Méndez.
Posteriormente, Antonio Daganzo, poeta siempre activo, hizo un repaso por la
trayectoria del artista, que volvía a publicar después de un largo silencio. Y,
entonces, ocurrió por fin, lo que el público congregado allí había estado
esperando: oír de labios de Fernando las primicias de su nueva obra…
En ella se
encuentran varias referencias, por ejemplo, a Houdini, que justificó afirmando
cierta semejanza entre la poesía y la magia.
Sin
embargo, definió La Letra Perdida
como un viaje singular que empieza de una forma y termina de la misma, es
decir, el amor, la fuerza que mantiene el mundo girando. Pero, si bien es
cierto que, según él, tiene un aliento romántico, también es el transcurso del
alma en un viaje por el infierno, que ha sufrido muchas pérdidas, pero ante la
que, de otro lado, aparecen rostros nuevos, amistades futuras. Y donde tiene
cabida todo aquello que quedó pendiente: esos sentimientos positivos o
negativos que uno tiene hacia determinadas personas, pero que no termina de
comunicarles, y que se van transformando en un fantasma que atormenta.
Asimismo, este poemario recoge su reflexión sobre el propio miedo, y sobre el
tiempo “la sensación de una vida finita
que se va, te persigue, en cada momento”. De hecho admitió que no pensaba
que “estos poemas tan duros pudieran
llegar a gustar”. Pero ¡vaya si gustaron! La firma de libros se prolongó
tanto que tuvo que continuar entre las mesas y los chocolates con churros del
Café Comercial, en la planta baja.
Entre
los asistentes al acto estuvieron muchos poetas de reconocido prestigio. Por
ejemplo, Manuel Lacarta, todavía celebrando su recientemente otorgado Premio de
la Crítica de Madrid; Eduardo Merino, del que acaba de salir publicado su libro
Mira; Alberto Infante, que presentará
esta semana su ya famosa antología en 12+1
en el Ateneo de Madrid; David Morello, siempre bien acompañado; los
incombustibles Ana Ares y Paco Moral, que también publicarán próximamente;
Álvaro Fierro, que igualmente tendrá libro nuevo a principios del año próximo,
y otros tantos autores importantes que se me han escapado pero que, sin duda,
irán saliendo en estas páginas.
Helena Suárez