miércoles, 16 de octubre de 2013

La hora al fin de Javier Magano

Me hablaron el curso pasado de Javier Magano y tenía buena curiosidad de leerlo, coincidí con él en el Homenaje a Luis Cernuda que hizo Ediciones Vitruvio hace unos meses y creo que también le vi en los fastos del Día del Libro en la legendaria Fuentetaja, que por cierto, ha vuelto a cerrar y se une a este drama cotidiano nuestro, tiendas cerradas, personas en paro, miseria de camino, en fin, no voy a volver a lo mismo...

 La sala llena en la presentación de La hora del lobo, de Javier Magano

           Lo cierto es que Javier Magano presentó ayer su primer libro, La hora del lobo, en la cripta cada vez más sagrada del Comercial, lo que Pablo Méndez llama insistentemente El Rincón de don Antonio y que tiene ya una larga lista de poetas que han cantado allí sus versos.
            La presentación corrió a cargo de Pablo Jiménez, poeta de densa e importante trayectoria que hizo una semblanza del autor y del libro elogiosa, contenida y sincera. Después el poeta leyó sus versos no ajeno a la emoción que toda primera gran cita impone pero con claridad, a ritmo suave y muy dentro de una voz con certeza y empuje. La hora del lobo es un libro brillante, su coqueteo con el culturalismo es una realidad pero no está tratado desde una posición antigua, hay modernización en los personajes que ya llenaron páginas en la poesía española, especialmente en poetas surgidos en los años setenta. La posición de Magano es más vertical, y en su poesía, donde no cae nunca la figura de Shakespeare también hay momentos de exaltación amorosa o de contemplación del paisaje frente a la decadencia de nuestra propia vida.

Pablo Jiménez, Javier Magano y Pablo Méndez

            La sala estaba llena y la compañía de escritores y poetas conocidos también fue nutrida, me gustó ver a Juan Carlos Rodríguez Búrdalo: interesante poeta extremeño del que leí hace años su gran libro De piel y humo, Eduardo Merino, José Parra Moreno, Hilario Martínez Nebreda, Raúl Nieto de la Torre...

            La poesía se convirtió en un lugar extraño y maravilloso, las referencias literarias de Javier Magano se crecieron en el ambiente de la tarde y muchos supimos que estábamos ante un escritor que escribirá páginas buenas, de momento empieza con un buen paso, certero. 


                                                                                                                             Nieves González

martes, 1 de octubre de 2013

David Morello: mucho más que un poeta


Disculpas tengo que pedir a nuestro Pablo Méndez, me invitó con insistencia a dos actos poéticos anteriores y no he sido capaz de acudir. Y eso que sigo en el maldito Paro como todos los hijos de los vecinos que una tiene y parezco ya una señorona de antes dedicada a sus inhóspitos  labores y fregar los platos con cara de mala leche.
            Pero la poesía me salva como siempre y la presentación de ayer fue increíble. Conozco poco a David Morello, todos me hablaban de su primer libro, Retorno de la voz, fui a comprarlo pero como  ya lo había comprado alguien, me hice con el nuevo, Réquiem por un hombre cualquiera, que he leído esta noche como quien devora una manjar exquisito.
            Un recuerdo emotivo hacia Juan Luis Panero que falleció la semana pasada: gran poeta sin duda, aunque yo prefiera la poesía de Leopoldo (esa medio cordura inquietante). Y de presentación unas palabras de Manuel Lacarta que estuvo cauto, sutil y minucioso en la semblanzadel libro. Después David Morello se dejó llevar por la poesía y leyó despacio, delicadamente una poesía que trata sobre la guerra, sobre la injusticia, sobre la pobre presencia del hombre cuando todo está roto, o rompiéndose o por romper como una cadena irremplazable. La poesía de Morello es tierna, sensible y muy azulada, a veces parecen sus palabras de algodón, y tiene un ritmo lento y suave, casi como su voz cuando se frena, cuando quiere esperar de forma casi mágica, al último lector o espectador allí en la sala.
 
Lleno absoluto en el Rincón de don Antonio del Café Comercial
 
            Réquiem por un hombre cualquiera es un libro grande que pone el listón muy alto para este inicio de temporada, si vienen más libros como este, con esa carga de sutileza y en la observación del prójimo tanta sensibilidad vamos a pasarlo muy bien, y se llenará de buenas luces el rincón indómito del Comercial, o el Ateneo, o el Círculo de Bellas Artes que cada vez está más frío y más solo y más parecido a un hotel de lujo…
            En la sala otros poetas acudieron al nacimiento, Paco Caro en primera fila: siempre atento, Antonio Daganzo, Fernando López Guisado y Elena Muñoz que estrena novela, Raúl Nieto de la Torre, Eduardo Merino, David Minayo, José Elgarresta bien acompañado y sonriente, Alberto Infante a quien me hubiera gustado preguntarle por su viaje al incuestionable Colliure, Aurora Auñón, Guadalupe Grande, José Luis Torrego, Félix Santiago, Davina Pazos…
            Al final de la lectura, David Morello cantó uno de sus poemas y todos nos quedamos impresionados, su voz cálida hasta ahora, se transformó en un caudal de flamenco lleno de emoción y parecía traer detrás toda una fuerza arrastrada con años, nadie pensaba que pudiera terminar así el recital, casi como si con él no fuera la cosa, se levantó una interpretación capaz de levantar al público de su asiento: con lo difícil que es eso en una ciudad como Madrid y una plaza como El Comercial. Poeta que vale para todo, sin duda, y que nadie olvide, ha escrito en Réquiem para un hombre cualquiera, un libro de los que darán que hablar.
 
 
Manuel Lacarta, David Morello y Pablo Méndez
 
            Yo volveré pronto a uno de estos encuentros que ya echaba de menos, a no ser que me llamen de Televisión Española y me pongan a presentar un telediario, entonces nuestros actos de poesía y David Morello en primer lugar ¡¡¡¡¡¡¡¡¡SALDRAN POR TELEVISIÓN!!!!!!!!

 
Nieves González